Una historia jamás contada
- Relatos alcohólicos - UTA
- 20 ene 2019
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 3 feb 2019
Es una mañana muy tranquila, donde se escuchan los pájaros cantar. El día está muy soleado y el joven estudiante universitario Zacarías sale al parque junto a sus amigos y como era de costumbre tomarse unas dos que tres cervezas. Eran pasadas las 6pm y el joven había ya perdido la cuenta de cuantas cervezas que él había bebido. Junto a dos amigos, Freddy y Tito, que lo acompañaban en sus supuestas aventuras con la cerveza, no le permitían que el regresase a su hogar.
La noche es larga-, decían, y entre dimes y diretes lo convencieron para que se fueran juntos a un nuevo bar que se inauguró en la ciudad. Todo parecía una verdadera alegría y el espíritu de fiesta en sus cuerpos iba incrementando conforme iban llegando al establecimiento. Al llegar no pensaron más de una vez y solicitaron una ronda de tequilas porque Freddy andaba despechado.
La noche pasaba y los tragos empezaron hacer de las suyas y Freddy dijo: Amigos no me demoro, solo voy al baño-. Zacarías y Tito se quedaron sentados y seguían conversando tranquilamente, a lo que de improvisto escuchan una botella romperse, se levantan apresurados y ven a su amigo Freddy tendido en el piso.
La policía no tardó en llegar y arresto a Zacarías y a Tito porque intuían que ellos le habían agredido. La ambulancia fue llevando de emergencia a Freddy que estaba inconsciente, mientras tanto, los dos amigos no sabían lo que había pasado.
Llegaron a la comisaría y fueron detenidos por ser presuntos agresores. Pasaron 2 días para que Freddy volviese a retomar la razón y aclarar lo que había pasado. “Amigos, lo siento por el mal momento que les hice pasar, los tragos en mi cabeza me hicieron una mala jugada y quise agredir a un señor que estaba en el bar, pero sin darme cuenta estaba acompañado y me golpearon con la botella”.
A la semana siguiente volvieron a salir los tres amigos, pero esta vez de una manera mucho más sana y ordenada para así no volver a pasar malos momentos por culpa del que parece un amigo, pero es uno de los mayores enemigos; el alcohol.
Hechos de una historia real Geovanny Caiza
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