(Sin título)
- Relatos alcohólicos - UTA
- 26 ene 2019
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 3 feb 2019
Soy Juana, tengo 32 años, solía vivir en una linda casa junto a mi familia, los cuales son mi esposo y mis dos hijos. Tenía una buena relación con mi esposo o eso es lo que yo pensaba…
Una mañana, cuando estaba en mi oficina me llamaron del hospital diciendo que el menor de mis hijos había sido atropellado al salir de la escuela cuando él iba rumbo a casa. Fui inmediatamente a verlo, entré a la sala de urgencias y lo vi conectado a diferentes máquinas. Eso me desesperó mucho, los médicos me informaron que estaba muy mal y no tenía esperanzas de vivir, puesto que tenía politraumatismos y fracturas en su cráneo.
Unas horas más tarde de llantos y desesperación me informaron que mi hijo había muerto, ese momento mi vida se derrumbó completamente.
Pasaron unos meses después del incidente y la culpa me agobiaba ya que ese día yo debí haberlo retirado de la escuela. Mi esposo en enojo me culpaba sobre esto y yo lo sentía muy cierto.
Dados todos estos hechos yo sentí que el alcohol iba a remediar todo, así que fuí a un bar pensando querer olvidar lo sucedido, pero después regresaron los recuerdos de mi hijo. Me sentía muy mal, el alcohol invadió mi cuerpo y mis sentidos, venían a mí pensamientos negativos pero aun así no dejé el alcohol. Salía cada día a esto, descuidé a mi esposo y mi hijo, mi casa no era casa, ya no tenía un hogar, también descuidé mi trabajo y esto produjo que me despidieran, y al no tener trabajo, tampoco tenía dinero. Por esto empecé a vender las cosas de mi casa sin que mi esposo se enterase, para poder ir a beber. Pero después de un tiempo ya no tenía nada. Mi esposo, al ver esto se puso como loco y empezó a insultarme, esto causó que me deprimiera aun más y tuviera más ansias de alcohol, pero no tenía nada de dinero, recurrí a los ahorros de mi hijo para comprar alcohol. Mi hijo me descubrió, él no me dio nada porque quería ayudarme a que ya no bebiera, pero yo me puse como loca y salí de casa.
Hoy cumplo ya más de 2 años fuera de mi casa, sola, sin nada ni nadie, ando toda sucia y con la ropa rota, me desconozco a mí misma, solo sé que mi esposo me buscó por un largo tiempo, y mi hijo cada vez está creciendo más. No podré volver a casa, mi cuerpo no puede dejar el alcohol. Mi vida acabó desde la primera copa que probé.
Autor: SeRos.
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