
MITOS
El alcohol favorece las relaciones sexuales
FALSO
Esta es una de las mentiras más populares sobre el alcohol. En realidad, tomar en cantidades reduce la respuesta sexual y debilita los sentidos. No se disfruta más del sexo por beber alcohol ni se es mejor amante cuando se está chumado. Cabe recordar que el alcohol es un depresor, y como tal, adormece nuestra habilidades físicas, incluidas las sexuales, de ahí que a veces ocurran episodios de impotencia. Además, tiene un efecto tóxico sobre las gónadas que puede producir atrofia y esterilidad, pudiendo llegar a desencadenar la feminización en el varón (a causa de una reducción de la síntesis de testosterona) y amenorrea (pérdida de la menstruación) en la mujer.
Así mismo, la desinhibición ocasionada por el consumo de alcohol está asociada con prácticas sexuales de riesgo de contagio de enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados, relaciones afectivas inadecuadas, etc.…
El alcohol hace que se esté más alegre
FALSO
Una de las falsas creencias más comunes es pensar que el alcohol te anima y te hace entrar en calor. Nada más lejos de la realidad, el alcohol es un vasodilatador, y por lo tanto, hace que la sangre se dirija a la superficie de la piel y provoque esa ilusión de calor. Se cree que el alcohol es un estimulante pero realmente se trata de un depresor del sistema nervioso. Los efectos iniciales son muy engañosos, pues a medida que aumenta la dosis, el alcohol provoca un inadecuación conductual y el deterioro en la capacidad de juicio, agresividad e irritabilidad, de ahí que lastimosamente ocurran tantos incidentes violentos a causa del consumo alcohólico.
El consumo de alcohol nos permite entablar relaciones.
FALSO
En muchas ocasiones se considera al alcohol como un lubricante social, pues sus efectos iniciales eliminan las inhibiciones, pero a la vez promueven en las personas unas conductas despreocupadas y fuera de la realidad que no ayudan demasiado a relacionarse. El efecto estimulante que se produce al principio provoca sentimientos de euforia, facilidad de expresión, simpatía o espontaneidad, pero es muy transitorio y fácilmente se pasa a tener conductas agresivas y antisociales.
Así, por ejemplo, se puede comprobar cómo la a capacidad de escucha queda muy mermada con el alcohol: Si observamos un grupo que se reúne y empieza a beber nos daremos cuenta que aunque el volumen de las conversaciones es cada vez más elevado la capacidad de escucha se va limitando pues prácticamente al poco tiempo deja de existir la conversación y lo que existe es un conjunto de monólogos superpuestos.
Otra de las mentiras es pensar que uno se sentirá más integrado en un grupo social por tomar. En estos casos, hay que plantearse si realmente queremos pertenecer a un grupo que nos discrimine al optar por tener una vida sana. Someterse a la presión social denota falta de personalidad y esto es algo que poco a poco se debe ir adquiriendo si realmente se quiere madurar como persona. Por tanto, el alcohol no debería ser el componente que nos una a nuestros panas, tarde o temprano, encontraremos a los amigos que nos quieran como somos, sin necesidad de tomar alcohol para sentirnos integrados.
El alcohol hace que se disfruten más las fiestas
FALSO
Lastimosamente, parte de la cultura de fiesta suele incluir la bebida alcohólica, pero está comprobado que esta no repercute en la diversión. Se ha demostrado como aquellas personas que no toman tienen el mismo índice de disfrute e incluso más, pues muchas de las fiestas dejan de ser divertidas para pasar a ser lamentables o peligrosas debido al exceso de alcohol.
El alcohol se elimina por la orina
FALSO
No hay formas de acelerar el proceso de metabolización del alcohol. Solo un 5% del alcohol se elimina a través de la orina. Si bien es cierto que aumenta la diuresis y las ganas de orinar, no es alcohol lo que se está eliminando, sino agua.
El alcohol ayuda a olvidar las penas
FALSO
Otro de los mitos es pensar que consumir alcohol nos ayuda a olvidar las penas. Realmente, lo que se produce con el consumo alcohólico es una debilitación de los procesos mentales, incluyendo una pérdida de la concentración y aumento de la distracción en la atención.
Uno de los problemas recurrentes con el alcoholismo es que los problemas personales no se solucionan por tomar, sino que se ven agravados al día siguiente con sentimientos de arrepentimiento y culpabilidad. Como depresor y alterador de la conciencia, el alcohol aumenta las posibilidades de que nos sintamos más sensibles y más susceptibles, provocando en muchas ocasiones que se desarrollen episodios depresivos recurrentes.
Tomar alcohol es placentero
FALSO
Los síntomas relajantes que se pueden sentir al tomar alcohol son engañosos. Como depresor del sistema nervioso, se nos debilitan los sentidos y las capacidades físicas, pero no hay que confundir esto con el placer, pues el consumo alcohólico desarrolla graves problemas de salud como enfermedades crónicas muy dolorosas que acompañan durante toda la vida.
Consumir alcohol es cosa de cada uno
FALSO
Si bien es cierto que cada uno es libre de consumir lo que quiera, somos seres sociales y responsables en gran medida de lo que los demás hagan. Las consecuencias nocivas de tomar alcohol perjudican a los que están alrededor.
A veces tenemos miedo de avisar a un amigo o familiar por su exceso de consumo alcohólico, pero debemos pensar que realmente lo que estamos haciendo es ayudarle, aunque al principio esa persona se lo tome a mal. Pensad como os sentiríais si tuvieseis un problema y nadie se atreviera a prestaros su ayuda. En difinitiva, el alcohol no es cosa de cada uno, sino que nos afecta a todos.
No pasa nada porque tome y luego conduzca
FALSO
Consumir alcohol aumenta nuestra sensación de invulnerabilidad, nos hace sobrevalorar nuestras capacidades. Esto ocurre especialmente con aquellos que toman alcohol y después deciden conducir el carro, incluso acompañados de amigos o familiares.
Aunque está claro que grandes dosis de alcohol afecta gravemente a la conducción, también se ha comprobado que dosis pequeñas puede conllevar a situaciones alarmantes e incluso mortales. Los accidentes de tráfico debido al alcohol son numerosos, y en ocasiones solo se necesitó un poco de cantidad para terminar en tragedia.
El alcohol no es una adicción y es fácil dejar la bebida
FALSO
Como droga que es, provoca una adicción física y psicológica. Es conocido que cada vez se necesita más bebida para llegar a los mismos efectos, lo que significa que nuestro cuerpo se va habituando y cada vez nos volvemos más adictos al consumo. Esto también conlleva a que cada vez sea más difícil dejar la bebida.
Como droga social, lastimosamente asociamos alcohol con eventos familiares o salidas con los amigos. Esto hace que sea más difícil dejar de tomar, volviéndonos más adictos, dependientes, con mayores síntomas de abstinencia (temblores, ansiedad, agresividad, etc) y con menos capacidad de autocontrol para reducir el consumo.
Más información en:
http://www.alcoholysociedad.org/alcohol/mitos.aspx
https://holadoctor.com/es/%C3%A1lbum-de-fotos/15-mitos-sobre-el-alcohol
https://enfamilia.aeped.es/vida-sana/mitos-realidades-sobre-alcohol
https://www.lugardelvino.com/es/22-mitos-del-alcohol
https://medlineplus.gov/spanish/ency/patientinstructions/000856.htm
https://www.salud180.com/jovenes/9-mitos-sobre-el-consumo-del-alcohol
http://www.madridsalud.es/serviciopad/rompiendo-mitos-sobre-el-alcohol/
http://circulosdelavida.es/wp-content/uploads/2014/09/taller_mitosyrealidad.pdf