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UN TRAGO MÁS

  • Foto del escritor: Relatos alcohólicos - UTA
    Relatos alcohólicos - UTA
  • 26 ene 2019
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 3 feb 2019

Llega nuevamente el viernes, la noche se apodera de la tarde y pinta el cielo de penumbra, iluminado por un par de estrellas y luces artificiales que dan a las calles ese brillo característico de fin de semana.

Se acabó la jornada estudiantil, las obligaciones regresarán el lunes por la mañana y la única manera en que la semana puede acabar para él es con un trago. Ese corazón roto, aquellos problemas familiares, esa discusión con el jefe, las deudas cada vez más grandes, todo eso parece hacerse minúsculo cuando termina de dar el primer sorbo de su botella.

Él vuelve a engañarse, sabe que todo lo malo sigue ahí, lejos de desaparecer, muy lejos, pero ¿por qué no engañar nuevamente a la realidad? ¿por qué no disfrazar el contenido del vaso de la felicidad? ¿por qué no mentirse a sí mismo una vez más? ¿Crear esa falsa seguridad que lo ayuda tal vez a sobrevivir un día más?

Transita como un nómada por las principales avenidas, de bar en bar, sin lugar fijo, pero estableciéndose por breves períodos en las mesas, en los asientos, rodeado de completos desconocidos quienes usan una máscara de amigos, al menos por esa noche, al menos por ese instante y a él no le interesa saber de ellos, mientras acompañen esas pláticas burdas y sin sentido con la siguiente ronda.

Se da paso al vaivén habitual de botellas, impresiones pálidas y la música frenética acompañan a cada uno de sus tragos, la cuenta pasó a ser una cifra imaginaria, como siempre esboza esa sonrisa mentirosa, aquella le emite un dudoso bienestar, tal vez haciendo pensar al mundo que es la mejor noche de su vida; pero su mirada lo delata, su vida se derrumba y la única solución para acallar a los fantasmas de la cordura parece ser una botella más.

Él ha perdido el conocimiento hace mucho, sus amigos de fin de semana no están más, las consecuencias de siempre aparecen, él vomita en una desolada esquina, con el caminar tembloroso. La madrugada empieza a arribar y por fin encuentra esa desolada cama que es testigo de sus más amargos momentos y compañera fiel para bajarse de la realidad.

Su camisa huele a licor y arrepentimiento, sus ojos por fin logran abrirse, el dolor de cabeza no se compara en lo más mínimo con el que lleva en el alma y así empezará nuevamente la semana, recuperando los problemas que se esfumaron brevemente y con las ansias que le genera la llegada de otro viernes para empezar a mentirse, como es habitual, y escapar de todo con un trago más.

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Web creada por la tutoranda Paola Acosta y el profesor Álvaro Jiménez como parte del proyecto de investigación para el tratamiento del alcoholismo en jóvenes universitarios (2453-CU-P-2017 / DIDE-UTA).

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