SUMERGIDO EN LA OSCURIDAD

Muchos tienen grandes amigos, yo solo tenía un gran amigo, el que nunca me abandonaba en mis momentos tristes, de soledad y mis momentos de desamor. El único en donde podía desahogar mis más tristes penas. Era un chico sensible y con muy pocos amigos que estaba por culminar el colegio, su gran objetivo era ingresar a la universidad. Puso mucho empeño y logró hacerlo.

En la universidad se encontró con 3 chicos que compartían los mismos pensamientos se hicieron muy buenos amigos. En el primer semestre, con el trascurso del tiempo se enamoró de una chica, era su compañera de clase pero no eran amigos así que el intentó acercarse a ella por medio de su gran amiga que tenía, la que en ocasiones le recomendaba como debía acercase así a ella.

Con el paso del tiempo el declaró su amor a ella, pero no fue correspondido y como era un chico muy solitario empezó a tomar con sus amigos y así es como de poco a poco empezó a seguir tomando consecutivamente los fines de semana. Es así cuando ya no tomaba solo por un desamor sino cuando le estaba yendo mal en la carrera o cuando se sentía triste. Su frase más común que solía decir era “¿no será de tomar un traguito?”.

Su mejor amiga le decía que dejara de tomar, que lo que estaba haciendo no era lo correcto pues a causa del alcohol él había descuidado sus estudios y como consecuencia de eso él había perdido en algunas materias.

Uno de sus amigos cuando tomaban le decía que “beber hasta acabar llorando, reír hasta acabar bebiendo”. En una de sus tantas chumadas le pasó algo que nunca pensó que le iba a pasar pues a consecuencia de haber tomado, dos días fue a parar al hospital, ya que por la mucha cantidad de alcohol que había ingerido le causó una intoxicación. Esto sucedió porque en su tierra natal cada inicio de año se celebra una fiesta llamada la Mama Negra, una de las fiestas más comunes que se celebraban en su tierra. El fin de semana había bebido sin parar a tal punto que no había comido nada, solo había pasado tomando, entonces surgió esa tragedia.

Desde entonces él aconsejó a sus amigos a ir a una rehabilitación, y todos aceptaron en vista de lo que había pasado. Ya él dijo; con mis amigos hasta el final-, así se dio cuenta que lo ficticio es más hermoso que la realidad.

Esto deja una gran enseñanza, que el alcohol no cura las tristezas si no sabes controlarlo, y que poco a poco va afectado tu vida a tal punto que te puede llevar hasta la muerte. Su mejor amiga le decía; todo es bueno cuando sabes controlarte.