(Sin título)
- Relatos alcohólicos - UTA
- 3 feb 2019
- 3 Min. de lectura
Érase una vez una chica de nombre Sara, ella era una chica muy tranquila a la que le gustaba pasar la mayor parte del tiempo con su familia, no solía salir a fiestas, hasta que un día unos amigos de la universidad en la que ella estudiaba la invitaron a tomar unas cervezas. Entonces, en ese momento ella aceptó salir un rato de su rutina habitual.
Ya transcurrido el tiempo convivió con ellos y se sintió integrada dentro de su grupo de amigos. Ella estaba muy feliz, era inexplicable a las sensaciones de Adrenalina que sentía en su cuerpo, así mismo sintió un calor exuberante que la enloquecía.
Al llegar a su casa se sentía sola, cayendo en un momento de depresión. Entonces ella creía que el alcohol fue la iniciativa para llevar una buena relación con sus compañeros. Al día siguiente al ir a la universidad todo parecía normal, todo estaba totalmente tranquilo pero llegaba la hora de salida de clases y los mismos amigos la invitaron a beber alcohol y ella emocionada aceptó y volvió a sentir lo mismo que el día anterior. Y así pasaron casi 4 semanas, ella se acostumbró a su nueva rutina de fiestas y mucho alcohol y solía llegar a la madrugada a su casa. Su aspecto había cambiado sin embargo un día la invitaron a una reunión de amigos en donde ella no dudó en asistir. Ese día para ella fue el más maravilloso, conoció a un muchacho muy lindo y de buena presencia, él al mirarla también quedó asombrado de tan preciosa muchacha.
Pero Sara sentía la necesidad de ingerir alcohol para poder hablarle, entonces pidió que le sirvieran una copa de Whisky y luego quería seguir ingiriendo más alcohol, pero su cuerpo estaba acostumbrado a estas bebidas. Entonces Andrés, que era el nombre de aquel muchacho apuesto que Sara había visto, se le acercó y tan sutilmente le dijo: -Hola, ¿quieres bailar?-, Sara de inmediato sin ni siquiera pensarlo aceptó y bailaron por horas pero ella sentía la necesidad de consumir alcohol, y en ese momento le dice a Andrés que vayan a tomar. Él era un muchacho que rara vez lo hacía y ese día tenía que conducir, por lo que dijo que no y que se siguieran divirtiendo.
Entonces ella dice: -Bueno-, pero todos sabemos lo que quería Sara de verdad. Luego se sentaron y se pusieron a platicar de la vida, de los amores, etcétera, y en un momento determinado surgió un beso inesperado. Entonces Sara sintió desde ese momento que no quería estar con nadie más. Fueron novios y transcurrió un mes, ella seguía con su vida de salidas a fiestas y bebiendo alcohol, hasta que un día Andrés le dijo que estaba mal lo que ella hacía y que debería dejar de hacer algunas cosas. Ella alterada por estar bajo el efecto del alcohol groseramente le dijo: -es mi vida y si no te gusta terminamos-.
Él quería hablar y arreglar las cosas pero era imposible con ella en ese estado,a sí que la dejó. Ella muy triste regresó a su departamento y cogió una botella de ron. Pidió un taxi para que la llevara al puente más alto de la ciudad. Llegando al lugar, Sara decidió sentarse a la orilla del puente y beber su trago, entonces entró en depresión y dicidió saltar por la ruptura de su primer y único amor.
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