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Julieta empezó a beber alcohol a los 20 años de edad. Acababa de terminar una relación de 4 años y estaba muy triste y confundida. Una amiga suya llamada Ana comenzó a llevarla a todas las fiestas que la invitaron, pero así también empezaron los problemas en su casa, en su trabajo, ya que cualquier día llegaba tarde, ojerosa y en ocasiones de mal humor.

Julieta ahora tiene 27 años, con el paso del tiempo ella sigue bebiendo con la única diferencia de que en este tiempo tuvo dos hijos y se encuentra en un proceso de divorcio dificultoso. Para Julieta es difícil poder dejar el alcohol, convirtiéndose en una adicción.

En Julieta la adicción por el alcohol llegó a ser tan fuerte que no le era suficiente de dos a tres botellas, no sentía la misma satisfacción, lo que produjo en ella el interés de consumir otras sustancias. Así prosiguió por mucho tiempo, lo que conllevó a la pérdida de familia, amigos, trabajo y relaciones afectivas.