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En una ocasión un grupo de amigos decidió salir a festejar el cumpleaños de una de sus integrantes a un centro de diversión nocturna. Al principio solo bailaban y se divertían sanamente pues al ser jóvenes solo bebían cócteles bajos en alcohol. Sin embargo, a la celebración se unió un grupo de amigos conocidos de uno de los jóvenes que se encontraba en el festejo.

Dichos jóvenes eran mayores y tenían más experiencia en el consumo del alcohol. Entonces incitaron a todos en la fiesta a consumir bebidas alcohólicas en exceso, provocando que los más jóvenes e inexpertos se embriagasen con rapidez, inclusive las mujeres, quienes perdieron el control y el conocimiento de tanto consumir.

Esto fue utilizado por una de las personas que se unieron a la fiesta, quién aprovechó la situación para abusar de una de las jovencitas.

Al día siguiente, al recobrar el conocimiento nadie sabía que pasó la noche anterior, todos despertaron en la sala de una casa, mientras que una de las jóvenes despertó en una de las habitaciones de la misma casa sin ropa y con una persona totalmente desconocida. Había sucedido algo que marcaría la vida de aquella joven.

En este relato podemos evidenciar que el consumo elevado y desmedido de alcohol no nos permite entablar relaciones, por el contrario, nos descontrola y lleva a realizar actos que muchas veces dañan nuestra integridad.