(Sin título)
- Relatos alcohólicos - UTA
- 26 ene 2019
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 3 feb 2019
Había una vez un joven que pensaba que beber no le afectaba para manejar un automóvil. Él pensaba que cuando bebía se le asentaban más los sentidos y los reflejos para manejar, así que pensaba que él manejaba mejor cuando estaba ebrio. El relato es el siguiente.
Una noche de viernes este joven salió con sus amigos a beber en una fiesta, por supuesto a beber alcohol, fumar y una que otra droga más. La fiesta duró toda la noche más o menos hasta las 5 de la mañana. En todo ese tiempo el grupo de amigos bebió y nadie escogió un conductor designado para que los llevase a su casa al terminar la fiesta.
Al terminar la fiesta el mismo joven manejó el carro después de haber bebido toda la noche, obviamente estaba borracho. El plan era manejar con sus amigos dentro para ir a comprar más botellas de licor, así que muy mareado tomó las llaves del carro, lo encendió y se dispuso a manejar. Como ya estaba casi amaneciendo, el tránsito vehicular se puso más pesado que en la noche. El joven en lugar de guardar prudencia en el volante, al estar ebrio aceleraba más poniendo en peligro a sí mismo, a la gente de la calle y a sus amigos que estaban dentro del vehículo. Llegado un punto de la carretera se encontraba un control de tránsito así que el joven aceleró para pasar el control.
Sin hacer caso a la autoridad se dio a la fuga. Aunque la policía no se dio cuenta de que el joven se pasó del control si advirtió a una patrulla que se encontraba más adelante en el camino. El joven iba acelerando demasiado pensando que la policía lo podría detener, aunque no era así, el alcohol estaba haciendo efectos en el joven haciendo que este viera muy tarde las cosas, pues no vio que delante de ellos había un semáforo. Cruzó el semáforo en rojo y ocurrió un accidente fatal contra otro auto que tenía el derecho a pasar.
Todos los ocupantes de los dos automóviles murieron debido a la velocidad a la que estaba manejando el joven.
Al manejar ebrio no solo se pone en peligro la integridad de uno mismo sino también la de los demás y como en este caso, las personas del otro automóvil que no tenían nada que ver también fallecieron en un accidente trágico pero que se podría haber evitado.
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