EL LABERINTO DE CARLOS
- Relatos alcohólicos - UTA
- 3 feb 2019
- 2 Min. de lectura
Carlos era un joven entusiasta sociable y divertido ante sus amigos. Era el joven más popular, todos querían ser sus amigos y las mujeres morían por él, pero detrás de esto Carlos tenía una historia que lo marcaba pues descubrió el alcohol a los 13 años consideraba que era una bebida mágica que le permitía tener popularidad.
Sus padres tenían una relación disfuncional pues siempre discutían y peleaban. Tomaban sus lugares de trabajo como el centro de atención de sus vidas, descuidando a Carlos, quien sentía tristeza, soledad y frustración, considerando que su único hogar era el alcohol y sus amigos.
Al empezar este mundo también inició su vida sexual. Todo el tiempo, fiesta, alcohol y sexo. Él no midió sus opciones y pensaba que todo estaba bien, mencionando su lema “sólo se vive una vez”. Al cumplir los 18 años tuvo problemas para graduarse de la secundaria pues su rendimiento escolar no era el mejor y al entrar a la universidad tuvo dificultades, y Carlos decidió estudiar lejos de su familia ya que su deseo era tener Independencia y Libertad.
Carlos descartó la universidad, pues nunca asistía a clases y además tenía problemas emocionales, llevándole a una depresión donde el alcohol era su único refugio y consuelo. Este vicio lo llevó a conocer a varias personas que compartían su estilo de vida. Entre fiestas y alcohol conoció a Maritza que según él pensó, era el amor de su vida pero lo que no sabía es que tenía un secreto oscuro que lo iba a llevar a la perdición.
Con el paso del tiempo su relación culminó y empezó a presentar molestias en su salud motivándolo a ir a un médico y descubriendo que tenía VIH.
Carlos fue invadido por el miedo y la desesperación pues ya no contaba con el apoyo de nadie. Al pasar dos semanas Carlos fue encontrado ahorcado en su departamento dejando una carta que decía:
“El alcohol me llevó a la perdición y fue un laberinto del cual jamás salí”.
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