Trastorno Bipolar
- Anónimo
- 6 dic 2020
- 1 Min. de lectura
Araceli era una chica que sufría de un trastorno de alimentación desde que estaba en la escuela, una vez terminada la primaria, pensó que todo mejoraría, pero no fue así, al pasar a la secundaria, también fue víctima de bullying y presa fácil para las burlas constantes de sus compañeros.
Ya en la universidad tenía baja autoestima debido a su aspecto físico, su único refugio para la ansiedad y la depresión fue el llevar una dieta desordenada, envuelta en comida chatarra sin horario fijo y equilibrio alimenticio, el afecto propio que ella tenía siempre fue nulo, sin embargo, un día en un intento por recuperar su autocontrol se propuso seguir una dieta alimenticia para mantenerse en formar, fue al gimnasio, pero no logró adelgazar.
Para distraerla un poco, su única amiga, la que fue su apoyo incondicional, la invitó a una fiesta en la que conoció a un muchacho muy atractivo, la química se movió entre los dos, después de aquella fiesta las ocasiones para verse se hicieron frecuentes, al mismo tiempo Araceli mejoraba con el pasar del tiempo, su amor por su novio y por ella misma la llevaron a tomar las riendas de su vida, ahora con ejercicio y buena alimentación luce como quiere.
"La motivación y la disciplina a veces son sinónimos de la fuerte autoestima"
Comentários