Lucía de 15 años padece de anorexia nerviosa, se encuentra en segundo de bachillerato, vive en Latacunga con sus padres, es la primera de dos hermanos, por lo que en su familia debía ser la que diera el ejemplo en todo como estudiante, hija y hermana. Siempre fue autoexigente con ella misma, quería ser perfecta para que la gente la aceptara, ya que nunca tuvo amigos por su sobrepeso.
Hasta que de pronto un día Lucía empezó a perder peso repentinamente y sus compañeros empezaron a acercarse muy seguido a ella, entonces se dijo a ella misma: “No eran mis amigos porque estaba gorda”. Ese mismo día por la tarde Lucía y su familia fueron a comer comida rápida, al ver tantos carbohidratos en un mismo plato sintió repudio hacia esa comida, pero para no levantar sospechas comió, de inmediato se dirigió al baño y recordando todo lo que comió, empezó a producirse vómito, esto lo hizo por una semana, pero decidió parar porque se lastimaba su garganta, esa misma semana conoció a Sebastián, un chico muy atractivo, ella se enamoró de inmediato de él, pero Sebastián no quería estar cerca de ella, entonces se puso a pensar que no era linda o lo suficientemente flaca para estar con él.
De pronto, empezó a dejar de comer ya que era menos doloroso, estuvo si comer 11 días, los demás días solo comía manzanas y tomaba mucha agua, bajó 9 kilos en 3 meses, estuvo casi muerta y su familia al ver el problema que padecía de inmediato decidieron apoyarla y acudir a un psicólogo, todo fue muy difícil al principio ya que le costaba demasiado ingerir alimentos por lo que su madre y hermana, estaban pendiente de ella y la obligaban a comer, es decir, no la dejaban sola ni un minuto, pero al pasar los meses Lucía logró recuperar su estabilidad emocional, iba cada semana al psicólogo para no volver a padecer esta enfermedad y continuar con su vida, fue una lucha constante para ella pero al final lo logró.
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