Josefina tiene trastornos alimenticios, sufre maltrato físico y psicológico por su sobrepeso.
Cuando se siente mal come mucho, al instante se siente mejor, es como si tratase de un trance dónde todo es color de rosa, luego viene lo más difícil, la ansiedad porque no acepta que su cuerpo suba de peso.
Encerrada en su cuarto busca cambiar su aspecto físico, hace ejercicio, pero al pasar el tiempo y no evidenciar cambios importantes, busca una manera rápida de lograr un cuerpo delgado, encuentra que una de las formas más sencillas es vomitar todo lo que come, así no pasará hambre y engañará a su cerebro.
Esto funcionaba, pero al pasar los días, sentía vergüenza y comenzó a aislarse, ya no tenía vida social y su autoestima decayó. Pensó que podría ir a la iglesia y pedir consejo para sentirse mejor, allí conoció a un chico y empezaron a entablar una amistad que luego se transformó en una relación y le ayudó a mejorar su autoestima y le ayudó a cambiar sus costumbres y llevar un estilo de vida más saludable y así mejorar su salud.
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