Hace mucho tiempo una niña muy delgada descubrió que en un terreno cerca de su casa había un árbol escondido, se veía llamativo y especial, era frondoso y muy colorido, así que se imaginó que este era mágico.
Sus frutos eran brillantes y cuando los arrancaba, de esos desprendía un olor apetitoso, cuando la niña comió la fruta sentía que tenía más energía y ánimo de lo normal por lo que pensaba que este era sin duda un árbol singular.
Un día la niña fue invitada a una competencia de atletismo, mientras se preparaba, pensó en el árbol y fue a recolectar los frutos, se comió cuántos podía y se fue animada con mucha energía, compitió y ganó y descubrió que sí comía y se alimentaba bien le iría bien en todo.
Comments