Había una vez una linda muchacha de cabello castaño y ojos color marrón, labios carnosos, con un carisma inigualable y tímida a la vez, pertenecía a una de las familias más adineradas de la ciudad de Sevilla, siendo conocidas por su flamante belleza y figura esbelta, pero había un problema, esta no era parte de su herencia, sus rasgos distanciaban mucho de los de su familia, y constantemente era rechazada entre sus parientes por este detalle.
Celeste, casi no tenía amigos, sufría de depresión y ansiedad porque además tenía un peso corporal un poco pasado para su edad, un día sentada en el comedor del colegio junto a su mejor y única amiga, escuchó un crujido en su silla y sintió el frío del suelo en su espalda, su silla se había roto y el dolor agudo de su trasero contra el suelo fue el motivo de carcajadas que salían de la boca de sus compañeras, quería que la tierra la tragara y decidió salir corriendo.
En su casa las cosas no mejoraban, sus padres insistían con el tema de la obesidad, así que cansada de tanta presión se propuso cambiar sus hábitos, empezó a ir al gimnasio, los primeros días fueron difíciles y acostumbrarse a sus nuevos hábitos no era tema sencillo, pero sabía que lo conseguiría.
Tras el paso de una semana se sentía decepcionada ya que sólo había bajado un kilo, escuchó entre sus amigas de un método nuevo para bajar peso de manera inmediata, lo que le dijeron cambiaría su vida para siempre. Le pareció sencillo y prometía resultados inmediatos, lo único que debía hacer, es comer todo lo que quería y luego vomitar, desde ese momento se convirtió en un hábito y poco a poco vio los resultados, lo malo es que su ánimo fue desmayando y su salud física decaía.
Había llegado a su peso perfecto y todos se lo hacían saber, un día en clases de cultura física, se desmayó, sintió su mundo caer por completo, acudió al médico y sus padres al fin se dieron cuenta de que los comentarios acerca del peso habían afectado el estado de salud de su hija, tras ello el doctor les dio el diagnóstico final, ella sufría bulimia, nuestra protagonista se dio cuenta de que sus actos le hacían daño, así que decidió cambiar su estilo de vida y aprendió aceptarse como era y así fue más feliz.
Comments