Camila era una niña muy feliz y risueña, su mayor sueño era ser modelo cuando creciera, sin embargo, no tenía las posibilidades económicas para entrar a una escuela de modelaje, pero su determinación era tanta, que cuando terminó la universidad empezó a trabajar como mesera para poder ahorrar y así pagar su curso, conforme pasaba el tiempo, por el hecho de trabajar en un restaurante, Camila cada que terminaba su jornada laboral, se iba a comer todas las noches con sus compañeros y así pasaron los días y Camila empezó a engordar, pues sin notarlo, comía mucho y por la tensión del trabajo y las salidas con sus amigas.
Cuando por fin pudo obtener el dinero que necesitaba para pagar la escuela de modelaje, Camila fue rechazada por su aspecto físico, el día que para ella hubiese sido el mejor de su vida, se tornó en el más triste y difícil porque después de las palabras hirientes y el rechazo y la humillación, se sintió impotente, ya no iba a trabajar, no salía con sus amigas y mucho menos comía. Pasaba los días tomando sólo agua, esto bajó sus defensas y finalmente le detectaron anorexia, situación que la llevó a estar hospitalizada por 3 semanas, pasaba depresión y se sentía muy triste, ya no tenía a sus amigos y su sueño se había esfumado.
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