Andrea tiene 23 años de edad, vive en la ciudad de Ambato, cursa el noveno semestre en la Universidad Central del Ecuador, aunque luce radiante mientras camina en los pasillos, sufre un problema de salud que le ha causado una baja autoestima.
Cuando entró a la universidad, Andrea decidió enfocarse en sus estudios y por la tarde trabajar para ayudar a su madre con los gastos del hogar, las pocas horas que tenía entre la actividad escolar y el trabajo, hicieron que opte por la comida chatarra como su almuerzo, lo que la llevó a padecer obesidad.
Aunque camina con la frente en alto, es común escuchar comentarios de sus compañeros acerca de su cuerpo, ella sufre bullying por su apariencia física, se ha distanciado de sus amigos y casi no visita a su familia.
Un día el departamento psicológico de la universidad, realizó un recorrido por los diferentes cursos promocionando sus servicios y cuando Andrea recibió el boletín de información en su mano, respiró aliviada, sabía que tenía esperanza y empezó a tomar terapia para mejorar su autoestima, también visitó a un nutricionista para aprender a controlar su apetito. Poco a poco empezó a mejorar y ahora tiene más energía para realizar las actividades en su día a día.
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