Anabel originaria de Ibarra, cursaba el cuarto semestre de psicología clínica, cierto día, mientras caminaba, sin querer golpeó su hombro derecho con Arturo, volteó la mirada e inmediatamente sintió el flechazo en su corazón.
Arturo se vio interesado en ella y la buscó en redes sociales encontrándola, después de varios días comenzaron a escribirse y él la cautivo en poco tiempo con palabras suaves y amorosas, sin embargo, a medida que se sintió segura de su amor, Anabel cambió radicalmente para no perder a Arturo, dejó de comer alterando su forma de alimentarse y empezó a leer artículos sobre cómo mantenerse delgada e ingresó a un grupo llamado Mía y Ana, en dicho grupo de chicas profesaban un amor desmesurado por lo que ellas consideraba un estilo de vida, sobra decir que los nombres Ana y Mía hacían referencia a la anorexia y la bulimia.
Los consejos de las chicas del grupo llegaron a ocupar el lugar de Arturo en su corazón, se sentía entendida y amada, cuando él la apoyó a pesar de todo, pero sin remedio, murió un 10 de marzo por falla renal.
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