top of page

(Sin título)

  • Foto del escritor: Relatos alcohólicos - UTA
    Relatos alcohólicos - UTA
  • 28 ene 2019
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 3 feb 2019

Nuevamente despertó en su habitación, en esas cuatro paredes naranjas llena de manchas, provocadas por las distintas juergas que solían producirse en su apartamento, semidesnudo y en compañía de una persona que desconocía. Al verle conocido se sienta en su cama y por la minúscula ventana ve que debieron ser más de la 1 pm.

Se levanta, abre la puerta y encuentra a algunos compañeros en su minúscula sala que aún bebían. Alberto lo saluda con la expresión, -la bella durmiente al fin despertó, siéntate y sírvete un traguito-. Hace un ademán y toma asiento.

En días está nuevamente en la juerga. El alcohol se votaba de una manera acelerada. Alberto se levanta y saca un billete de $10 y entrega a Juan. Este toma las llaves de encima del refri y sale en busca de más licor. Alberto se levanta e ingresa al baño.

De momento Elías se encuentra sólo en su sala oscura, sus ojos veían el sitio infestado por cenizas, colillas de cigarrillos y botellas de alcohol barato.

Un recuerdo se le viene a la mente, hace dos años era un estudiante modelo de conducta intachable y asistencia perfecta, la lectura era su pasión más grande, su físico envidiable y lo más importante, la admiración de su hermano menor. Toda aquella vida se esfumó con cada trago, cada fiesta, cada reunión de compañeros. En el fondo sabía que los presentes sólo lo usaban.

Tenían un sitio donde beber, dónde dormir, un lugar donde fornicar. Alberto salió del baño y sacó de su chamarra una caja de cigarrillos. Lo enciende y se sienta junto a Elías y le propone fabricar una mezcla de vino cerveza y aguardiente.

Elías hace un ademán de afirmación, la puerta se abre y es Juan con el licor. Alberto agarra una jarra y vierte un poco de vino, lo llena la cuarta parte, luego añade una botella entera de cerveza y finalmente agarra una botella de color verde, la abre y vierte todo su contenido en el recipiente. Juan saca de la funda plástica un Red Bull, lo abre y llena la jarra, lo mezclan y Alberto empieza a repartir aquella mezcla. Al cabo de una hora Juan se encontraba dormido, Alberto vomitando en el baño, Elías fornicando con una chica de su habitación. En la sala la jarra se encontraba vacía.

Por la noche Carla despertaría en la sala. Solo estaba Juan, quién escuchó un grito desgarrador. Se incorporó tan valiente y avanzó a la puerta de la habitación. La abre y ve horrorizado a Carla en el suelo sentada con las rodillas recogidas y la cabeza entre ellas.

Ven en la cama a Elías, el color de su rostro no era de un humano. Juan se desmoronó y cayó junto a Carla.

Entradas recientes

Ver todo
CAPITULO I

Nuevamente despertó en su habitación, en esas cuatro paredes naranjas llena de manchas provocadas por las distintas juergas que solían...

 
 
 
Un 14 de febrero

Recuerdo que hace dos años, el 14 de Febrero, el día del amor y la amistad, me encontré con mi amiga Carla. Las dos habíamos decidido no...

 
 
 
La noche en que perdí mi vida

Érase una vez hace como cinco años, época en la cual cumplía mis 15, tenía muchos problemas en casa, mi padre buscaba olvidar sus...

 
 
 

Comentarios


© 2023 por EC. Creado con Wix.com

  • w-facebook
  • Twitter Clean
  • w-flickr

Web creada por la tutoranda Paola Acosta y el profesor Álvaro Jiménez como parte del proyecto de investigación para el tratamiento del alcoholismo en jóvenes universitarios (2453-CU-P-2017 / DIDE-UTA).

bottom of page