El amor de un padre

Edmundo es un chico soltero de 25 años graduado en administración de empresas, trabaja en un banco de la ciudad, es una persona que toda su vida académica demostró ser un estudiante destacado, hijo único y de posibilidades económicas muy superiores al estándar de la ciudad.

Hijo negado nunca tomo alcohol, nunca consumió drogas y fue un ciudadano ejemplar, donde en el mismo lugar de trabajo encontró quién para él era el amor de su vida, Alicia. Ella es una muchacha de clase económica media baja proviniendo de una familia problemática disfuncional y alcohólica, la cual recibía tanto maltrato físico como psicológico, muy agradecida y de buen cuerpo y finos rasgos, la envidia de cualquier mujer y la ambición de cualquier hombre. Entró a trabajar al banco donde mucho más que por sus méritos fue por su aspecto físico.

Alicia en el trabajo demostró ser una persona ineficiente pero siempre estaba lista para salir con sus superiores a la farra de fin de semana, no había viernes que no se emborrachara y sábado que no recordará lo que pasó y con quién pasó el día anterior.

Edmundo, al contrario, demostró capacidad en el trabajo y lo ascendieron y fue jefe de Alicia, quien al percatarse de su ineficiencia, ella misma utilizó sus otras armas para conservar el trabajo logrando seducir al mundo y logrando enamorar a Edmundo.

Al mes de enamorados con Alicia probó su primera borrachera y supo a qué sabe la resaca del día siguiente y más que todo, el falso mito de que el alcohol lo hacía más alegre, y sobre todo tenía a Alicia quién le convencía con cada salida de todo lo que se perdió en su juventud y adolescencia.

Alicia, quién arrastró a Edmundo por ser una persona vulnerable, por no tener una vida social completa, se dejó envolver por este falso mito de bienestar sin saber que estaba en un callejón sin salida.

En una de sus constantes borracheras Alicia tuvo relaciones sexuales con Edmundo, y transcurridos 4 meses estaba embarazada. Al transcurrir el tiempo fue notable el estado de gestación de Alicia y así le confesó a sus supuestas parejas temporales, pero estos se negaron.

Para Edmundo este fue el último de sus problemas ya que se convirtió en un alcohólico. Tenía problemas familiares por sus constantes borracheras y sus cambios repentinos de carácter en el trabajo lo hacían plegrar, ya que si faltaba una vez más sería despedido.

Cuando nació el hijo de Alicia fue un escenario trágico, ya que por las constantes borracheras el niño salió con defectos físicos y síndrome de down, lo cual desató el rechazo por parte de Alicia, la cual no dudo en denunciar a Edmundo, aduciendo que era su hijo, quien tras la prueba de ADN dio positivo.

Alicia prácticamente abandonó a su hijo, lo descuidaba, no lo quería, le recordaba lo infeliz de su vida. Para ese tiempo Edmundo tocó fondo en el alcohol ya que tal noticia creo una depresión profunda en su ser. Refugiándose más en el alcohol perdió su trabajo y el apoyo de su familia.

Un día Alicia se enteró donde vivía Edmundo y con sangre fría abandonó a su hijo en la puerta de su departamento. Edmundo en su aflicción, borracho en su soledad y consumido por el vicio, escuchó un llanto afuera de su hogar. Cuando abrió la puerta ahí estaba su niño, el que nadie quería. En ese momento Edmundo lo tomó en sus brazos, lloró inalcansablemente y juró que nunca más volvería a tomar licor. Recuperaría su vida y lucharía por esa criatura, quien no debía llegar a pagar las culpas y los errores. Alicia, mientras tanto, después del abandono a su hijo, como era de esperar, se fue a beber con sus amigos sin saber que era la última borrachera de su vida.

A las 3:45, tras un fatal accidente automovilístico murió. Después, el mismo día, Edmundo salió con su bebé en brazos para arreglar la situación de su niño con Alicia, pero al ir a la casa de ella se encontró con la fatal noticia, lo cual le hizo reflexionar c cambió su vida tras la mala decisión de probar esa copa de licor.

Edmundo en la actualidad vive con sus padres, trabaja como administrador de un supermercado y cuida de su niño como a su propia vida.