EL ALCOHOL, TU ÁNGEL O TU DEMONIO
- Relatos alcohólicos - UTA
- 28 ene 2019
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 3 feb 2019
En Quito, a las 3:00 a.m. de la madrugada, Bárbara salía de pasar una noche con sus amigas con las que cada fin de semana se reunía para festejar lo que fuese. Lo que no sabía Bárbara era que ese día iba a cambiar su vida para siempre.
Se escuchan a las 8 p.m. los mensajes de las muchachas preparándose para salir de fiesta con ánimo de tomar hasta perder la conciencia, tal y cómo estaban acostumbradas a hacerlo. A eso de las 9:00 pm, estaban listas las muchachas en la puerta de la discoteca más sonada de la capital, bellas, radiantes y hermosas por un futuro por delante pero con un solo objetivo en aquella noche: ahogarse en el alcohol hasta el amanecer.
A las 12 pm, entre tantos tragos, risas, bailes, amigas, la noche cada vez se ponía mejor. La euforia se hacía parte de la noche, y Bárbara, la chica más popular y bella del grupo, impactaba con su presencia a donde quiera que ella fuese.
A eso de las 2 a.m. las muchachas ya ebrias hacían el ridículo por toda la discoteca, caídas, vomitadas, dinero malgastado, besos y caricias no deseados se presentaron a lo largo de la madrugada hechas por extraños. A las 3:00 a.m., Bárbara decide marcharse sola a su casa en un taxi que se aparentaba seguro, ya que sus amigas tenían el plan de seguir con la fiesta en otro lado Desgraciadamente ese taxi no debió cruzarse en su camino. Bárbara, al momento de subir al vehículo, el conductor prende el aire acondicionado, en donde sale una sustancia blanca, la cual era escopolamina.
A las 5 a.m., Bárbara estaba con el cerebro confuso y golpeada, sin ropa, y botada en un lugar alejado. Nunca olvidarán ella y sus amigas aquel día donde su vida cambió, y fue un padre para su vicio en el mundo del alcohol.
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