Encontrando una salida a la luz

En un colegio de la ciudad, estudiaba Camila, una chica alta, delgada, de cabello rizado y piel canela, con ojos verdes que brillaban con el sol, era una chica reconocida por todo el colegio, siempre estaba rodeada por otras que tenían inseguridad, pues ella era un ejemplo, hacía ejercicio, dieta, se maquillaba y a ojos de los demás, era la chica perfecta, cada vez más personas trataban de seguir sus pasos.

Camila no podía fallar nunca, en sus redes sociales subía lo mejor de su día a día, desde qué mascarilla usaba, hasta qué comía para tener una buena figura. Sus amigas la admiraban tanto, que cuando hacía algo mal, se burlaban de ella.

Producto de un fallo en la tiroides, comenzó a subir de peso y sus amigas se alejaron, se sentía frustrada y cada vez más sola, porque cuando tenía problemas nadie estaba.

Buscó formas de recuperar su figura, cayó en la anorexia y recobró su popularidad, las amigas se acercaron nuevamente, Camila, se dio cuenta de que no tenía verdaderas amistades y empezó a buscar un lugar donde sentirse escuchada, comenzó a asistir a la iglesia y sintió el verdadero amor y pudo conseguir una actitud y una mejor calidad de vida.