Érase una vez un joven cuyos ideales serían truncados en un futuro, su nombre era Alex, un chico con sobrepeso, pero nada fuera de lo normal, aun así, se acomplejaba de sí mismo.
A Alex le gustaba hacer ejercicio, pero debido a su genética no podía adelgazar como él deseaba, comía demasiado, aunque no era gordo completamente gracias al ejercicio que realizaba, él no se sentía contento consigo mismo, entonces escuchó de un método que lo ayudara a adelgazar ya que leyó un artículo en Internet en que se explicaba que si vomitaba la comida un momento después de haberla ingerido, podía adelgazar y así sucedió, esto empezó a convertirse en su rutina diaria.
Muy pronto bajó de peso, pero sin darse cuenta que esto afectaría a su cuerpo, después de un tiempo sin saberlo, tenía fallas renales, gastritis y otras complicaciones que se notaban solo con verlo, como su cuerpo tembloroso o qu ahora sus dientes estaban destruidos, su familia se preocupó cuando ya era muy tarde y él, aunque tuvo conciencia de sus actos y trató de recuperarse ya no pudo hacerlo porque su enfermedad era muy grave, provocándole la muerte.
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